martes, 17 de julio de 2012

Primera Lectura (Lectio Divina)

Isaías 7, 1-9
Cuando Ajáz, hijo de Jotam, hijo de Ozías, reinaba en Judá, Rasón rey de Siria, y Pécaj, hijo de Remalías y rey de Israel, fueron a Jerusalén para atacarla, pero no lograron conquistarla.

Cuando al heredero de David le llegó la noticia de que los sirios acampaban en Efraín, se estremeció su corazón y el del pueblo como se estremecen los árboles del bosque agitados por el viento.

Entonces el Señor le dijo a Isaías: "Sal al encuentro de Ajaz con tu hijo Sear Yasub, donde termina el canal de la alberca superior, junto a la calzada del batanero, y dile: 'Manténte alerta, pero tranquilo. No le tengas miedo a ese par de tizones humeantes; no te acobardes ante la cólera de Rasón, rey de Siria, y de Pécaj, rey de Israel. No importa que tramen tu ruina, diciendo: Ataquemos a Judá, sitiémosla, conquistémosla y nombremos rey de ella al hijo de Tabel' ".

Esto dice el Señor:
"Eso no llegará a suceder.
Damasco es la capital de Siria
y Rasón es el rey de Damasco;
Samaria es capital de Efraín
y el hijo de Remalías es rey de Samaria.
Pues bien, dentro de sesenta y cinco años
Efraín será destruido y dejará de ser pueblo.
Y si ustedes no creen en mí,
también irán a la ruina".

Reflexión
El rey de Israel se encuentra en un dilema: ¿con quién aliarse? Con Asiria que es el más fuerte o con sus vecinos que quieren ir contra Asiria. El Señor le dice: "no te alíes con ninguno… confía en mi". Sin embargo, qué difícil es confiar en el Señor cuando vemos que se reúnen en torno a la ciudad todos sus enemigos y buscan su ruina. Qué difícil es no andar en busca del aliado potente (humanamente) para hacerle frente a los que buscan nuestra destrucción. Sin embargo, el Señor profetizó que sus enemigos perecerían y desaparecerían totalmente y así fue.

En nuestros días, corremos también con este tipo de tentaciones, cuando sentimos que se ve amenazada nuestra economía, nuestra estabilidad familiar, etc. No es fácil rechazar un negocio ilícito, una suma de dinero que es producto de la corrupción, ingresar en "negocios fáciles", cuando la economía del hogar se ve seriamente dañada y pensamos que si no entramos en este camino, no podremos sacar adelante a la familia. Es en estas situaciones en las que, como el rey Ajaz, debemos tomar partido por Dios y creer que verdaderamente él proveerá; que, como dice Jesús en el Evangelio, que valemos más que los pájaros, que el único lugar seguro será siempre estar junto a él.

No te amedrentes ante las situaciones difíciles de la vida. Dios es tu refugio y fortaleza, él será siempre la defensa de tu familia, de tu casa, de tu propia vida.

Oratio
Tú, Señor, eres mi escudo, eres quien levanta mi rostro frente a mis adversarios y me da la victoria; tú, Señor, eres mi victoria y el que marcha al frente de la batalla. No temo ningún mal, aunque esté rodeado de dificultades y situaciones problemáticas que parecieran un ejército acampado contra mí; pues tú estás conmigo y tu vara y tu cayado me dan seguridad. Gracias, Señor, por hacerme sentir confiado, ya que estoy seguro en quién he puesto mi confianza; sólo en ti Jesús.

Operatio
Hoy decido nunca más tomar el camino más fácil y transitado, nunca más tomaré el camino del más fuerte humanamente, nunca más tomaré el camino de la mayoría. Desde hoy, decido tomar el camino de la confianza en el Señor del cielo y de la tierra; el camino de la confianza absoluta en Jesús.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

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