miércoles, 25 de julio de 2012

Primera lectura 25 de Julio 2012

Primera Lectura (Lectio Divina)

2 Corintios 4, 7-15
Hermanos: Llevamos este tesoro en vasijas de barro, para que se vea que esta fuerza tan extraordinaria proviene de Dios y no de nosotros mismos. Por eso sufrimos toda clase de pruebas, pero no nos angustiamos. Nos abruman las preocupaciones, pero no nos desesperamos. Nos vemos perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no vencidos.

Llevamos siempre y por todas partes la muerte de Jesús en nuestro cuerpo, para que en este mismo cuerpo se manifieste también la vida de Jesús. Nuestra vida es un continuo estar expuestos a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De modo que la muerte actúa en nosotros, y en ustedes, la vida.

Y como poseemos el mismo espíritu de fe que se expresa en aquel texto de la Escritura: Creo, por eso hablo, también nosotros creemos y por eso hablamos, sabiendo que aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos colocará a su lado con ustedes. Y todo esto es para bien de ustedes de manera que, al extenderse la gracia a más y más personas, se multiplique la acción de gracias para gloria de Dios.

Reflexión
En este texto, y a propósito de la fiesta que festejamos, el apóstol nos habla de su ministerio y dentro de éste, quizás uno de los elementos mas importantes, es el darnos cuenta de que, a pesar de nuestra miseria, de nuestro pecado, de nuestra fragilidad, Dios nos ha confiado ser portadores de la vida de la gracia. Esta gracia la recibimos desde el bautismo y se incrementa en cada sacramento que recibimos, especialmente en cada Eucaristía.

Este tesoro debe ser cuidado con afán, sobre todo, de la insidia de este mundo y de la acción del Maligno que buscan robárnoslo y hacer infructuosa en nosotros la gracia que Cristo nos ha dado. Es por ello que, sabiendo de nuestra fragilidad, debemos cuidar con gran esmero nuestra gracia santificante, alejándonos de todo aquello que pudiera ser la ocasión de alejarnos de Dios. Las malas compañías, las lecturas indebidas, las películas indecentes son elementos que golpean el barro de nuestra carne y, poco a poco, van creando grandes rupturas internas por las cuales se escurre la vida de la gracia hasta que se agota completamente en nosotros introduciéndonos en oscuridades y miseria que puede llevarnos hasta la desesperación.

Por ello, es muy importante que estemos siempre vigilantes y no permitamos que este tesoro maravilloso, que asegura nuestra participación en la vida del Reino, nos sea arrebatado por el mundo y por todos los enemigos del alma.

Oratio
Señor Dios, que nos has dado la dignidad de hijos tuyos por medio del sacramento del bautismo y nos has hecho morada de tu Espíritu Santificador, ayúdanos a ser dóciles a este mismo Espíritu y obedientes en el seguimiento de tu Hijo, para que tu gracia no sea infecunda en nosotros, sino que demos frutos abundantes, y merezcamos así, gozar de la vida que tienes preparada para nosotros desde antes de la creación del mundo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Operatio
El día de hoy dedicaré unos minutos por la mañana, a mediodía, por la tarde y antes de ir a dormir para dar gracias a Dios por tantas cosas buenas que me ha dado en la vida.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

Evangelio 25 de Julio 2012

Evangelio

Mateo 20, 20-28
Entonces se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo, junto con ellos, y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: "¿Qué deseas?". Ella respondió: "Concédeme que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, en tu Reino". Pero Jesús replicó: "No saben ustedes lo que piden. ¿Podrán beber el cáliz que yo he de beber?". Ellos contestaron: "Sí podemos". Y Él les dijo: "Beberán el cáliz; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; es para quien mi Padre lo tiene reservado".

Al oír aquello, los otros diez discípulos se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ya saben que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. Que no sea así entre ustedes. El que quiera ser grande entre ustedes, que sea el que los sirva, y el que quiera ser primero, que sea su esclavo; así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida por la redención de todos".

Reflexión
Una de las imperfecciones que causan mucho retraso en la vida espiritual y que se mezclan de manera muy sutil en nuestra vida, es la envidia. Es increíble que aún como cristianos no sepamos alegrarnos de los bienes y de las bendiciones que reciben nuestros hermanos, sino que en ocasiones incluso sentimos hasta coraje de que Dios los haya bendecido. Y esto no sólo en el plano económico, sino como nos lo presenta hoy el Evangelio, en el ámbito social, que se extiende hasta el religioso.

Esto, como nos lo dice Jesús, es entendible que se presente entre los paganos, en los que no están llenos del amor de Dios pero, ¿en nosotros? lógicamente esto genera críticas y enemistades.

Qué diferente sería nuestra vida, si al ver que uno de nuestros hermanos recibe una bendición, diéramos gracias a Dios por ser bueno, aun con los que "según nosotros" no merecerían tal o cual favor; o si en lugar de entristecernos, nos alegráramos al compartir la felicidad de quien se ha visto favorecido con un don o con una gracia; si en lugar de desacreditar a nuestro hermano, buscando todos sus defectos, reconociéramos que nosotros no somos mejores y que Dios, como Padre bueno, da a cada uno no como merece, sino sobre la base de su infinito amor, seguramente nuestra vida estaría llena de paz y de alegría.

Cambia tu actitud y "verás qué bueno es el Señor".

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

martes, 24 de julio de 2012

Primera lectura 24 de Julio 2012

Primera Lectura (Lectio Divina)

Miqueas 7, 14-15. 18-20
Señor Dios nuestro, pastorea a tu pueblo con tu cayado,
a las ovejas de tu heredad,
que permanecen aisladas en la maleza,
en medio de campos feraces.
Pastarán en Basán y en Galaad
como en los días de antaño,
como cuando salimos de Egipto
y nos mostrabas tus prodigios.

¿Qué Dios hay como tú, que quitas la iniquidad
y pasas por alto la rebeldía de los sobrevivientes de Israel?
No mantendrás por siempre tu cólera,
pues te complaces en ser misericordioso.

Volverás a compadecerte de nosotros,
aplastarás con tus pies nuestras iniquidades,
arrojarás a lo hondo del mar nuestros delitos.
Serás fiel con Jacob y compasivo con Abraham,
como juraste a nuestros padres en tiempos remotos,
Señor, Dios nuestro.

Reflexión
El profeta Miqueas termina con esta hermosa oración, de estilo sálmico, para recordar al pueblo que tiene un Dios lleno de misericordia y que, aunque ante su vista sólo vea despojos y una vida dura para reconstruir la unidad, el Dios que los escogió como pueblo de su propiedad los reconstruirá, pues finalmente él es el pastor de Israel y siempre se ha preocupado de ellos.

Con estas palabras nos hace recordar también a nosotros que somos pecadores, que si regresamos a él de todo corazón y con toda el alma, él no se acordará más de nuestros pecados y mantendrá con nosotros su promesa de fidelidad y misericordia. Para nosotros, los hombres del Nuevo Testamento, podemos tener, aún más que en el AT, una confianza en la misericordia de Dios, cuando recordamos aquellas palabras de san Juan: "Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que todo el que crea en él tenga vida eterna". Por eso, cada vez que levantamos nuestros ojos hacia la cruz, podemos contemplar en ella la expresión más clara de la misericordia de Dios por nosotros. Jesús en la cruz se hizo misericordia por ti y por mí para reconstruir nuestras vidas en el amor.

Podremos dudar de muchas cosas en el mundo, pero del amor de Dios por nosotros, jamás.

Oratio
¿Cómo podré agradecer tu amor, Señor? Si éste me abruma y sobrepasa mis capacidades y entendimiento. Gracias por ese amor y misericordia, lo único que se me ocurre es ofrecerte mi vida, la que tú mismo me diste, como símbolo de gratitud. Es mi decisión que mi vida te pertenezca, por eso, con San Igancio de Loyola te digo: Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad. Todo lo que tengo y poseo, tú me lo has dado y a ti, Señor, lo devuelvo. Todo es tuyo, haz con ello lo que quieras. Sólo dame tu amor y gracia, que eso me basta.

Operatio
Hoy seré muy consciente de que cada cosa que soy y poseo le pertenece a Dios y le daré gracias por ello.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

Evangelio 24 de Julio 2012

Evangelio

Mateo 12, 46-50
En aquel tiempo, Jesús estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus parientes se acercaron y trataban de hablar con él. Alguien le dijo entonces a Jesús: "Oye, ahí fuera están tu madre y tus hermanos, y quieren hablar contigo".

Pero él respondió al que se lo decía: "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?" Y señalando con la mano a sus discípulos, dijo: "Estos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumple la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre".

Reflexión
Este pasaje (y sus paralelos en Lucas y Marcos) es conocido como "la verdadera familia de Jesús". Algunas interpretaciones equivocadas buscan ver en este pasaje un rechazo de Jesús hacia María y hacia su familia. La verdad es que Jesús aprovecha la visita de su Madre y de sus parientes (en otra oportunidad hablaremos de la palabra hermanos en la Biblia) para instruir a sus discípulos: la verdadera familia de Jesús no es únicamente la que lo une por los lazos de sangre, pues éstos se rompen con la muerte e incluso puede haber algunos que aún teniendo la misma sangre decidan no seguir la voluntad del Padre. La verdadera familia es la que vive conforme al Evangelio, es la que ha sido adoptada por el Padre como hijos por medio del Espíritu Santo.

Él, como Hijo del Padre, ve que sus hermanos deben de ser también hijos de Dios. Esto de ninguna manera es un desprecio ni para sus parientes y mucho menos para su madre, la cual, si por algo se distinguió en la vida fue por hacer la voluntad de Dios. De acuerdo a esto, nuestro parentesco con Jesús se refuerza en la medida en que nos aplicamos en hacer la voluntad del Padre, que no es otra que la de vivir conforme al Evangelio.

Recordemos que en otro pasaje ya nos había dicho: "No todo el que me dice: Señor, Señor se salvará, sino el que hace la voluntad del Padre". Apliquemos, pues, hoy todo nuestro día en vivir de acuerdo al Evangelio.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

lunes, 23 de julio de 2012

Primera lectura 23 de Julio 2012

Primera Lectura (Lectio Divina)

Miqueas 6, 1-4. 6-8
Escuchen lo que dice el Señor:
"Levántate; llama a juicio a los montes,
que las colinas escuchen tu voz.
Escuchen, montes, el juicio del Señor,
pongan atención, cimientos de la tierra:
el Señor entabla juicio contra su pueblo,
presenta sus quejas contra Israel.

Pueblo mío, ¿qué mal te he causado
o en qué cosa te he ofendido? Respóndeme.
Con la ayuda de Moisés, Aarón y María,
yo te saqué de Egipto y te libré de la esclavitud".

¿Que cosa digna le ofreceré al Señor,
postrado ante el Dios del cielo?
¿Le ofreceré en holocausto becerros de un año?
¿Aceptará el Señor un millar de carneros
o diez mil ríos de aceite?
¿En expiación por mis culpas le ofreceré a mi primogénito,
al fruto de mis entrañas por mi pecado?

Hombre, ya te he explicado lo que es bueno,
lo que el Señor desea de ti:
que practiques la justicia y ames la lealtad y que seas humilde con tu Dios.

Reflexión
Este texto del profeta Miqueas nos presenta la actitud clásica del hijo que sabe que ha hecho mal, que su padre lo pondrá a juicio y que de éste no saldrá bien librado, así que se pregunta: ¿con qué lo contentaré? ¿Le compraré un chocolate? ¿Lo invitaré a pasear?, etc. La respuesta es la que al final nos propone el profeta: ¡Obedécelo!

En la actualidad nos encontramos con una situación semejante a la que ocurría en tiempos del profeta. Hoy la gente quiere agradar a Dios únicamente con prácticas religiosas, muchas de la cuales dada la actitud, resultan vacías y estériles como ocurría en el siglo VIII a.C., cuando ha predicado Miqueas. En los últimos versículos nos dice que lo que realmente agrada al Señor es que practiquemos la justicia, que no es otra cosa que amar a nuestros semejantes; que amemos la lealtad, esto es que cumplamos con nuestros compromisos en todos los ámbitos (con el cónyuge, los hijos, los padres, los amigos, el trabajo, etc.) y que seamos humildes con Dios, esto es que amemos realmente al Señor y lo reconozcamos verdaderamente como el Señor de nuestra vida. Con esto, el profeta nos presenta con anticipación la enseñanza que resume el evangelio de Cristo. No valen de nada delante de Dios nuestras prácticas religiosas si éstas no están acompañadas de amor a Dios y a los hermanos, cuando la religión es sólo un “cumplir” y no una vida en el Espíritu.

Une a tus prácticas religiosas el amor y de esta forma tu relación con Dios y con los demás crecerá.

Oratio
Gracias Señor, porque en tu gran amor, no sólo me pides que te busque y que te agrade sino que, me dices cómo hacerlo. Así, Señor, enséñame a vivir en justicia, una justicia como la tuya llena de misericordia y equidad; a ser leal, es decir, permanecer en cada cosa que hago y crecer para dar testimonio de ti; y por último, enséñame a que mi vida siempre esté postrada ante ti en humildad y adoración.

Operatio
Hoy pondré especial atención en hacer lo que Dios me dice que le agrada: ser justo, leal y humilde.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro
Evangelio

Mateo 12, 38-42
En aquel tiempo, le dijeron a Jesús algunos escribas y fariseos: "Maestro, queremos verte hacer una señal prodigiosa". Él les respondió: "Esta gente malvada e infiel está reclamando una señal, pero la única señal que se le dará será la del profeta Jonás. Pues de la misma manera de que Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre de la ballena, así también el Hijo del hombre estará tres días y tres noches en el seno de la tierra.

Los habitantes de Nínive se levantarán el día del juicio contra esta gente y la condenarán, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay alguien más grande que Jonás.

La reina del Sur se levantará el día del juicio contra esta gente y la condenará, porque ella vino de los últimos rincones de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien más grande que Salomón".

Reflexión
Hoy en día, todavía nuestra generación busca de Jesús una señal prodigiosa para creer: "Señor sana a mi hijo", "Señor, que consiga un buen trabajo", "Señor, ...".

Lo triste del asunto es que después de recibir la señal, no bastándonos la prueba y señal eclatante de su resurrección, la respuesta de fe de muchos de nuestros cristianos es insignificante. ¿Cuántas veces hemos recibido lo que hemos pedido? Y, ¿cómo ha sido nuestra respuesta después de haberlo recibido? Después de que Jesús nos ha dado la muestra de su amor, la fe no se desarrolla. Por unas semanas vamos a misa o hacemos algo más de lo que hacíamos, pero rápidamente se nos olvida y la conversión no crece, no madura.

No seamos de los que buscan a Jesús por sus milagros y las muestras de su amor, sino más bien de los que buscan al Señor de los milagros para rendirle nuestro amor.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

viernes, 20 de julio de 2012

Primera Lectura (Lectio Divina)

Isaías 38, 1-6. 21-22. 7-8
En aquel tiempo, el rey Ezequías enfermó de muerte; y vino a verlo el profeta Isaías, hijo de Amós, y le dijo: "Esto dice el Señor: 'Arregla todos tus asuntos, porque no te vas a aliviar y te vas a morir' ".

Ezequías volvió la cara hacia la pared, oró al Señor y dijo: "acuérdate, Señor, de que te he servido con fidelidad y rectitud de corazón, y de que he hecho siempre lo que a ti te agrada". Y lloró con abundantes lágrimas.

Entonces el Señor le habló a Isaías y le dijo: "Ve a decirle a Ezequías: 'Esto dice el Señor, Dios de tu padre David: He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a curarte y en tres días podrás ir al templo del Señor. Voy a darte quince años más de vida. Te libraré de la mano del rey de Asiria, a ti y a tu ciudad, y protegeré a Jerusalén' ".

Dijo entonces Isaías: "Traigan un emplasto de higos y aplíquenselo en la llaga para que se alivie". Y Ezequías dijo: "¿Cuál es la señal de que podré ir al templo del Señor?" Respondió Isaías: "Esta será para ti la señal de que el Señor cumplirá las cosas que te ha dicho: voy a hacer que la sombra retroceda los diez grados que ha avanzado en el reloj de sol de Ajaz". Y el sol retrocedió en el reloj los diez grados que había avanzado.

Reflexión
Cuántas veces, como lo hemos dicho anteriormente, un acontecimiento que se interpreta como negativo es, precisamente, el motor de acontecimientos que traerán la salvación y la vida, no sólo para nosotros, sino para todo el mundo. En el pasaje de hoy hemos escuchado cómo una enfermedad mortal lleva al rey a una actitud de profunda humildad y a orar al Señor por su vida. Esta oración se convierte en salvación, no sólo para él sino para todo su pueblo.

Así pasa en nuestra vida, ya que las enfermedades, las crisis económicas y todos los acontecimientos que lastiman nuestra vida, pueden ser utilizadas por Dios, que es el Señor de la historia, para beneficio de nosotros y de todos los que conviven con nosotros. La enfermedad y las crisis económicas, las catástrofes no son queridas y, mucho menos, provocadas o mandadas por Dios, como incorrectamente muchos creen. Estas ocurren en la vida debido a la fragilidad del ser humano o por la debilidad de todo lo que existe, o bien por el pecado que siempre deja consecuencias en la naturaleza.

Pero de todas ellas, el Señor es capaz de sacar un resultado positivo, si nosotros, como el rey Ezequías, nos volvemos hacia él en profunda humildad y retomamos el camino de la oración. Nuestro Dios es realmente un Dios de amor que, a pesar de la debilidad humana y del pecado, busca siempre la forma de hacernos un bien y sobre todo, de salvarnos. Cualquier otro tipo de pensamiento, simplemente no es cristiano.

Oratio
Señor, hoy levanto mi oración a ti y, aunque tal vez no estoy para morirme como Ezequías, tomo esta lectura como una oportunidad para hacer los arreglos necesarios para mi vida. Quisiera poder decir como este rey "Señor, te he servido con fidelidad y rectitud de corazón, y he hecho siempre lo que a ti te agrada"; sin embargo, creo que en muchas áreas de mi vida, no he hecho lo que a ti te agrada, ni te he servido siempre con fidelidad ni rectitud de corazón, pero es mi deseo que eso sea una realidad, así, Señor, te pido que me revistas de tu gracia para conseguirlo.

Operatio
Hoy haré un análisis de todo aquello que me gustaría arreglar en mi vida si un profeta de Dios viniera y me dijera: "arregla todos tus asuntos, porque no te vas a aliviar y te vas a morir", y haré los ajustes necesarios para empezar a arreglarlo todo lo antes posible.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro
Evangelio

Mateo 12, 1-8
Un sábado, atravesaba Jesús por los sembrados. Los discípulos, que iban con él, tenían hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerse los granos. Cuando los fariseos los vieron, le dijeron a Jesús: "Tus discípulos están haciendo algo que no está permitido hacer en sábado".

Él les contestó: "¿No han leído ustedes lo que hizo David una vez que sintieron hambre él y sus compañeros? ¿No recuerdan cómo entraron en la casa de Dios y comieron los panes consagrados, de los cuales ni él ni sus compañeros podían comer, sino tan sólo los sacerdotes?

¿Tampoco han leído en la ley que los sacerdotes violan el sábado porque ofician en el templo y no por eso cometen pecado? Pues yo digo que aquí hay alguien más grande que el templo.

Si ustedes comprendieran el sentido de las palabras: Misericordia quiero y no sacrificios, no condenarían a quienes no tienen ninguna culpa. Por lo demás, el Hijo del hombre también es dueño del sábado".

Reflexión
Jesús nos advierte con este pasaje del peligro de convertir la ley en la única norma de la vida, olvidándose de los demás valores. No es que la ley sea mala, como lo ha dicho san Pablo, sino que pude convertirse en una verdadera cadena que no nos deja vivir. De aquí la importancia de la vida en el Espíritu, ya que ésta hace que la ley se convierta en amor.

Son muchas nuestras obligaciones diarias, las cuales pueden ser vividas bajo la ley o bajo el Espíritu. Yo puedo ir todos los días a trabajar, y hacerlo por amor y con gusto, o como una verdadera cadena; puedo cumplir con mis obligaciones religiosas (como asistir a misa) de una manera rutinaria y sólo por cumplir la ley, o puedo hacerlo por amor y con gusto.

El Señor lo que quiere es que cumplamos la ley, pero sin olvidar que, sobre la ley, siempre estará la caridad. Nuestra oración diaria hace de la ley una experiencia de amor.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

jueves, 19 de julio de 2012

Primera Lectura (Lectio Divina)

Isaías 26, 7-9. 12. 16-19
La senda del justo es recta
porque tú, Señor, le allanas el sendero.
En el camino de tus mandamientos te buscamos,
anhelando, Señor, tu nombre y tu recuerdo.

Mi alma te desea por la noche,
y mi espíritu te busca por la mañana,
porque tus mandamientos son la luz de la tierra
y enseñan justicia a los habitantes del orbe.

Tú nos darás, Señor, la paz,
porque todo lo que hemos hecho
eres tú quien lo ha hecho por nosotros.

Acudimos a ti, Señor, en el peligro,
cuando nos angustiaba la fuerza de tu castigo.
Como una mujer que va a dar a luz
que se retuerce y grita angustiada,
así éramos, Señor, en tu presencia:
concebimos y nos retorcimos,
¡pero lo único que hemos dado a luz ha sido viento!
No le hemos dado salvación al país,no le han nacido habitantes al mundo.

Tus muertos vivirán, sus cadáveres resucitarán,
despertarán jubilosos los que habitan en los sepulcros,
porque tu rocío es rocío luminoso
y la tierra de las sombras dará a luz.

Reflexión
El pasaje de hoy de Isaías está compuesto por una serie de ideas que pertenecen a un tiempo posterior a las amenazas de las invasiones. En ellas, el profeta reconoce la bondad del Señor y sobre todo, la necesidad de tenerlo como protector, y su ley, como el camino de la vida. Nos detenemos hoy en las palabras del profeta: "Mi alma te desea por la noche, mi espíritu te busca por la mañana". Esto nos lleva a pensar en ese deseo profundo que el Espíritu Santo genera en aquellos que experimentan una sed profunda de lo eterno, de lo divino; nos llevan a pensar en aquellas palabras del salmista: "Mi alma tiene sed de ti, mi espíritu te busca con ansias".

Este pensamiento, cuando se cultiva en la oración que nos conduce a probar del agua viva, nos lleva a concluir como san Pablo, que para nosotros “la vida es Cristo y la muerte una ganancia". Crece vertiginosamente en nosotros el anhelo de vivir en ÉL, de ser totalmente de él y para él. Esta agua viva que brota del corazón del enamorado, lo hace vivir siempre en la presencia del amado.
Cuánto hace falta hoy en nuestra Iglesia, que más hermanos tengan esta experiencia que nos platica hoy Isaías, y que ha sido la experiencia de todos los santos, de todos los que han buscado con un corazón sincero al Señor.

Tú también estás llamado a esta experiencia. Deja, por un momento, el ruido de tu actividad, cierra las puertas de tu cuarto y, en el silencio del corazón, encontrarás a Jesús. Te aseguro que a partir de ahí lo desearás con toda el alma día y noche. Haz la prueba, no te arrepentirás.

Oratio
Señor, quiero decirte como el profeta, "mi alma te desea por la noche, mi espíritu te busca por la mañana", porque tus mandamientos son la luz de la tierra, y me enseñan la justicia. Tú me darás, Señor, la paz, porque todo lo que he hecho, en realidad eres tú quien lo ha hecho por mí. Señor, acudo a ti en el peligro, clamando por tus misericordias que son nuevas cada día.

Operatio
Hoy haré una cita con el Señor y tendré un momento largo de coloquio con Él y lo disfrutaré al máximo. Dentro de esa cita con Él, le pediré que me ayude a provocar, con más frecuencia, esos momentos.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro
Evangelio

Mateo 11, 28-30
En aquel tiempo, Jesús dijo: "Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave, y mi carga, ligera".

Reflexión
Después de un día agobiante de trabajo, o un período de nuestra vida en el que las cosas no han salido precisamente como nosotros las esperábamos, qué reconfortante es escuchar de Jesús: "Vengan a mí... y yo los aliviaré". Y es que sólo en Jesús podemos darle el justo valor a todas las cosas, por eso dice: "Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón".

El hombre se agita y se sofoca porque le da a las cosas una dimensión equivocada y porque quiere realizarlas con sus propias manos. Sólo con la ayuda de Dios es posible realizar, en paz y con alegría, nuestros proyectos y sólo con su consuelo podemos aceptar, que éstos no hayan salido como nosotros pensábamos.

Si tu vida y tus proyectos están a medias o no se han realizado como tú lo esperabas, toma un momento de tu jornada para orar, para ponerte en los brazos amorosos de Jesús, él te dará la fuerza y la luz para recomenzar.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

miércoles, 18 de julio de 2012

Primera Lectura (Lectio Divina)

Isaías 10, 5-7. 13-16
Esto dice el Señor: «¡Ay Asiria, bastón de mi ira, vara que mi furor maneja! Contra una nación impía voy a guiarte, contra un pueblo que experimenta mi cólera voy a mandarte, para que lo saquees y lo despojes y lo pisotees como el lodo de las calles». Pero Asiria no lo piensa así ni son estos sus planes; su intención es arrasar y exterminar numerosas naciones, pues dice: «Con el poder de mi mano lo hice y con mi sabiduría, porque soy inteligente, he borrado las fronteras de los pueblos, he saqueado sus tesoros, y como un gigante he derribado a sus jefes. Como un nido al alcance de mi mano alcancé la riqueza de los pueblos, y como se recogen los huevos abandonados, así cogí yo toda la tierra, y no hubo quién aleteara ni abriera el pico ni piara» Pero el Señor dice: «¿Acaso presume el hacha frente al que corta con ella? ¿O la sierra se tiene por más grande que el que la maneja? Como si la vara moviera al que la levanta y el bastón alzase a quien no es madera. Por eso, el Señor de los ejércitos hará enflaquecer a los bien alimentados, y le prenderá fuego a su lujo como se enciende la leña».

Reflexión
Este pasaje de Isaías nos ayuda a entender que todo, en nuestra vida y en el mundo, está bajo el control de Dios y que, como dirá más adelante san Pablo, todo obedece a un proyecto amoroso de Dios para con sus hijos, aun las situaciones más adversas. Si leemos los primeros versículos de Isaías 1, veremos que el pueblo de Dios se ha desviado completamente del camino del Señor y que Dios ha buscado por todos los medios hacerlos comprender que sólo en él serán felices, pero su corazón se ha cerrado. De manera que usará a Asiria como una “vara de correccion" para que sus hijos puedan darse cuenta de su error.

Sin embargo, como se ve en este pasaje, Asiria cree que destruirá a Judá, porque es muy poderosa y nadie le ha podido hacer frente, no se da cuenta que es sólo un instrumento de Dios. Esto, pues, nos ayuda a entender que los acontecimientos cotidianos que vemos como "negativos" y contrarios a nuestros intereses, son sólo un instrumento de Dios para ayudarnos a recapacitar y a regresar a Él: “Pues todo conviene para aquellos que aman al Señor". El reino del Sur, con su capital Jerusalén, no entendió la lección que Dios les dio en sus hermanos de Reino del Norte, cuando éstos fueron aplastados y destruidos totalmente por los asirios y continuarán con su rebeldía, hasta que la misma suerte que corrieron ellos la corra también Jerusalén.

Reflexionemos seriamente sobre los acontecimientos de nuestra vida y descubramos en ellos las señales que Dios nos da para que no nos apartemos de él, y si nos hemos apartado, para que regresemos a él y no vayamos también nosotros a sufrir las consecuencias de nuestra desobediencia.

Oratio
Sé bien por tu Palabra Señor, que ninguna corrección es agradable en el momento y que siempre produce molestia, sin embargo, hoy te doy las gracias Señor, por todas las ocasiones en que has hecho uso, hasta de la más inusitada situación, para disciplinarme, formarme y guiarme hasta tu luz y tu verdad. Gracias, porque sé que no me entregarás a la muerte ni permitirás que experimente la corrupción.

Operatio
Hoy pondré mucha más atención a la corrección y la reprensión de mis allegados y los tomaré como instrumentos de Dios para guiarme a una vida mucho más plena.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro
Evangelio

Mateo 11, 25-27
En aquel tiempo, Jesús exclamó: "¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien.

El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar".

Reflexión
A veces se dice: "Yo no sé hacer oración". Esto nos hace pensar que la oración es algo complicado, algo difícil, que sólo algunas personas pueden orar. Jesús dice hoy que, es precisamente la gente sencilla, quien puede comprender el gran misterio de la oración (y en general, los grandes misterios de Dios).

Orar no es otra cosa que dirigirse, con humildad y sencillez, a Dios como un amigo a otro con sus propias y, algunas veces, toscas palabras. Es en el ejercicio de esta actividad, considerada por muchos como pérdida de tiempo, en donde el Hijo revela al Padre, en donde se puede llegar a conocer el amor y la plenitud de Dios, en donde el hombre encuentra el verdadero sentido de su vida. Así le ha parecido bien al Padre. Dediquemos, pues, suficiente tiempo a nuestra oración personal y hagámosla con humildad y sencillez, pues así le gusta al Padre.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

martes, 17 de julio de 2012

Primera Lectura (Lectio Divina)

Isaías 7, 1-9
Cuando Ajáz, hijo de Jotam, hijo de Ozías, reinaba en Judá, Rasón rey de Siria, y Pécaj, hijo de Remalías y rey de Israel, fueron a Jerusalén para atacarla, pero no lograron conquistarla.

Cuando al heredero de David le llegó la noticia de que los sirios acampaban en Efraín, se estremeció su corazón y el del pueblo como se estremecen los árboles del bosque agitados por el viento.

Entonces el Señor le dijo a Isaías: "Sal al encuentro de Ajaz con tu hijo Sear Yasub, donde termina el canal de la alberca superior, junto a la calzada del batanero, y dile: 'Manténte alerta, pero tranquilo. No le tengas miedo a ese par de tizones humeantes; no te acobardes ante la cólera de Rasón, rey de Siria, y de Pécaj, rey de Israel. No importa que tramen tu ruina, diciendo: Ataquemos a Judá, sitiémosla, conquistémosla y nombremos rey de ella al hijo de Tabel' ".

Esto dice el Señor:
"Eso no llegará a suceder.
Damasco es la capital de Siria
y Rasón es el rey de Damasco;
Samaria es capital de Efraín
y el hijo de Remalías es rey de Samaria.
Pues bien, dentro de sesenta y cinco años
Efraín será destruido y dejará de ser pueblo.
Y si ustedes no creen en mí,
también irán a la ruina".

Reflexión
El rey de Israel se encuentra en un dilema: ¿con quién aliarse? Con Asiria que es el más fuerte o con sus vecinos que quieren ir contra Asiria. El Señor le dice: "no te alíes con ninguno… confía en mi". Sin embargo, qué difícil es confiar en el Señor cuando vemos que se reúnen en torno a la ciudad todos sus enemigos y buscan su ruina. Qué difícil es no andar en busca del aliado potente (humanamente) para hacerle frente a los que buscan nuestra destrucción. Sin embargo, el Señor profetizó que sus enemigos perecerían y desaparecerían totalmente y así fue.

En nuestros días, corremos también con este tipo de tentaciones, cuando sentimos que se ve amenazada nuestra economía, nuestra estabilidad familiar, etc. No es fácil rechazar un negocio ilícito, una suma de dinero que es producto de la corrupción, ingresar en "negocios fáciles", cuando la economía del hogar se ve seriamente dañada y pensamos que si no entramos en este camino, no podremos sacar adelante a la familia. Es en estas situaciones en las que, como el rey Ajaz, debemos tomar partido por Dios y creer que verdaderamente él proveerá; que, como dice Jesús en el Evangelio, que valemos más que los pájaros, que el único lugar seguro será siempre estar junto a él.

No te amedrentes ante las situaciones difíciles de la vida. Dios es tu refugio y fortaleza, él será siempre la defensa de tu familia, de tu casa, de tu propia vida.

Oratio
Tú, Señor, eres mi escudo, eres quien levanta mi rostro frente a mis adversarios y me da la victoria; tú, Señor, eres mi victoria y el que marcha al frente de la batalla. No temo ningún mal, aunque esté rodeado de dificultades y situaciones problemáticas que parecieran un ejército acampado contra mí; pues tú estás conmigo y tu vara y tu cayado me dan seguridad. Gracias, Señor, por hacerme sentir confiado, ya que estoy seguro en quién he puesto mi confianza; sólo en ti Jesús.

Operatio
Hoy decido nunca más tomar el camino más fácil y transitado, nunca más tomaré el camino del más fuerte humanamente, nunca más tomaré el camino de la mayoría. Desde hoy, decido tomar el camino de la confianza en el Señor del cielo y de la tierra; el camino de la confianza absoluta en Jesús.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro
Evangelio

Mateo 11, 20-24
En aquel tiempo, Jesús se puso a reprender a las ciudades que habían visto sus numerosos milagros, por no haberse arrepentido. Les decía:

"¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que se han hecho en ustedes, hace tiempo que hubieran hecho penitencia, cubiertas de sayal y de ceniza. Pero yo les aseguro que el día del juicio será menos riguroso para Tiro y Sidón, que para ustedes.

Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás encumbrada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el abismo, porque si en Sodoma se hubieran realizado los milagros que en ti se han hecho, quizá estaría en pie hasta el día de hoy. Pero yo te digo que será menos riguroso el día del juicio para Sodoma que para ti".

Reflexión
De nuevo Jesús insiste, ahora desde otro ángulo, en la resistencia a la conversión. Seguramente, si somos honestos, nos daremos cuenta que han sido diversas ocasiones a lo largo de nuestra vida o en la de algunos hermanos, en las cuales hemos sido conscientes del paso de Dios por ella. No podemos negar que Dios ha operado en nosotros signos y prodigios (si revisamos con atención nuestra historia, reconoceremos lo visible de las maravillas de Dios).

Por ello, el Señor nos invita a reflexionar hoy en cómo hemos y estamos respondiendo a estas gracias, a esta actuación continua y salvífica de Dios. No podemos mantenernos indiferentes a la acción de la gracia, a la invitación de Jesús a cambiar de vida y a consagrársela a él. Jesús espera de cada uno de nosotros una respuesta generosa, ¿estaremos dispuestos a dársela?

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

lunes, 16 de julio de 2012

Evangelio

Mateo 10, 34-11; 1
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "No piensen que he venido a traer la paz a la tierra; no he venido a traer la paz, sino la guerra. He venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y los enemigos de cada uno serán los de su propia familia.

El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.

El que salve su vida, la perderá y el que la pierda por mí, la salvará.

Quien los recibe a ustedes, me recibe a mí; y quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado.

El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá recompensa de profeta; el que recibe a un justo por ser justo, recibirá recompensa de justo.

Quien diere, aunque no sea más que un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, por ser discípulo mío, yo les aseguro que no perderá su recompensa".

Cuando acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, Jesús partió de ahí para enseñar y predicar en otras ciudades.

Reflexión
En este pasaje Jesús afirma la superioridad del Reino sobre cualquier otro valor en el mundo, incluyendo los más valiosos, como puede ser la misma familia.Debemos notar que el término que utiliza Jesús es un término de relatividad, es decir: "más que". Por ello, cuando cualquier valor se opone al Reino, aquél debe ser tenido por menos. Y es que la realidad y los valores del mundo, como lo ha hecho ver Jesús, muchas veces son diversos e incluso contrarios a los del Reino, lo que crea un antagonismo de parte del mundo contra el cristiano. La misma familia no está exenta de esta realidad. Es la invitación clara de Jesús de llevar nuestra vida cristiana hasta las últimas consecuencias. Esto no es fácil, por ello dice: "el que no toma su cruz y me sigue" pues, si es difícil ser rechazado por el mundo, lo es mucho más serlo por la propia familia. No se trata de rechazar ni al mundo ni a la familia ni a los amigos, se trata de amar, por sobre todas las cosas, a Jesús y la vida evangélica, y de hacer una opción radical que nos lleve a transparentar a Jesús. Es una opción de fidelidad TOTAL.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

jueves, 12 de julio de 2012

Evangelio

Mateo 10, 7-15
En aquel tiempo, envió Jesús a los Doce con estas instrucciones: "Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos. Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente.

No lleven con ustedes, en su cinturón, monedas de oro, de plata o de cobre. No lleven morral para el camino ni dos túnicas ni sandalias ni bordón, porque el trabajador tiene derecho a su sustento.

Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, pregunten por alguien respetable y hospédense en su casa hasta que se vayan. Al entrar, saluden así: "Que haya paz en esta casa". Y si aquella casa es digna, la paz de ustedes reinará en ella; si no es digna, el saludo de paz de ustedes no les aprovechará. Y si no los reciben o no escuchan sus palabras, al salir de aquella casa o de aquella ciudad, sacudan el polvo de los pies. Yo les aseguro que el día del juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas con menos rigor que esa ciudad".

Reflexión
De nuevo Jesús, ahora en otro contexto, advierte del peligro de rechazar el anuncio del Reino. Este es quizás uno de los grandes problemas por los que atraviesa nuestra sociedad: el rechazo del anuncio evangélico. Ciertamente este rechazo no es expreso, sin embargo, esta pereza de ir a misa, de asistir a retiros, de no involucrarse en la parroquia, de no estar abierto a la instrucción de la Iglesia (obispos, sacerdotes, del mismo Papa), expresa con bastante claridad el rechazo que el mundo, y nuestra sociedad, hacen del anuncio del Reino.

Por otro lado, si bien es cierto que no hay una negativa concreta de hospedar a un ministro de la palabra, (sea sacerdote o laico), en muchos de los cristianos se nota una falta de interés por cooperar abiertamente en la proclamación del Evangelio. Debemos estar atentos, pues la advertencia de Jesús es clara: "Yo les aseguro que el día del juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas con menos rigor que esa ciudad".

Busquemos siempre la manera de aceptar la invitación de Jesús a una conversión más profunda y de cooperar para que toda nuestra comunidad pueda conocer y vivir al mensaje del Reino.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

miércoles, 11 de julio de 2012

Nuestro colegio católico ARXE los espera:
http://hechos244.arxe.edu.mx/promo/20120711.html
Primera Lectura (Lectio Divina)

Oseas 10, 1-3. 7-8. 12
Israel era una viña frondosa
que daba abundante fruto.
Pero cuanto más se multiplicaban sus frutos,
más se multiplicaban sus altares paganos;
cuanto más rico era el país,
más ricos fueron sus monumentos a los ídolos.

Su corazón está dividido
y van a pagar sus culpas.
El Señor derribará sus altares
y demolerá sus monumentos.
Pero ellos dicen: "No tenemos rey".
Pero si no temen al Señor,
¿qué podrá hacer por ellos el rey?

Samaria y su becerro desaparecerán
como espuma sobre el agua.
Todos los santuarios de los ídolos serán destruidos
y sobre sus altares crecerán espinas y cardos,
porque la idolatría ha sido el pecado de Israel.
Entonces gritarán a los montes: "¡Cúbrannos!",
y a las colinas: "¡Sepúltennos!"

Siembren justicia y cosecharán misericordia;
preparen sus tierras para la siembra,
pues ya es tiempo de buscar al Señor,
para que venga y llueva la salvación sobre ustedes.

Reflexión
El profeta ahora toca un tema que es digno de reflexionar por nosotros: la abundancia como una trampa para alejarnos del Señor.

El pueblo de Israel había progresado grandemente en su agricultura y ganadería que sus habitantes se habían enriquecido grandemente (de manera lícita). Sin embargo, esta riqueza los había llevado a olvidarse de Dios, a sentirse poderosos y a no necesitar ni a Dios ni siquiera al mismo rey. Este es uno de los grandes peligros de la riqueza. Y no es que la riqueza en sí misma sea mala, sino que el corazón del hombre, dañado por el pecado, entre más tiene más quiere y el egoísmo se apodera con facilidad del corazón humano y lo pervierte. Es entonces que se olvida de los demás para pensar en sí mismo, en tener más.

Nos lleva a los nuevos ídolos que, en general, están relacionados con el placer. Para el poder y el tener, es necesario un corazón misericordioso y que mantenga su centro en Jesús, para que recuerde siempre que lo que tiene no lo tiene porque él sea muy importante, sino porque el Dios de la misericordia, lo ha constituido en canal de bienestar para otros, por lo que no se pude apropiar de nada. Debe considerase siempre sólo un servidor, un instrumento de Dios.

Esto es prácticamente imposible si no hay vida espiritual. Es, pues, necesario, tener cuidado con los bienes materiales, que aunque son buenos y nos es lícito progresar, pueden ser un grave obstáculo para pertenecerle por completo a Dios.

Oratio
Ante ti, Señor Jesús, me rindo hoy, quiero reafirmar mi decisión de pertencerte por entero y de servirte con corazón indiviso. Pondré todo mi empeño por crecer, más que en bienes y riquezas, en justicia y en la siembra de virtudes; por tu gran amor, Señor, haz llover sobre mí tu gracia y Espíritu para que fructifique en salvación y vida eterna.

Operatio
Hoy me privaré de algo a lo que estoy acostumbrado y recordaré que puedo prescindir de todo menos del Señor.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro
Evangelio

Mateo 10, 1-7
En aquel tiempo, llamando Jesús a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias.

Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero de todos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos del Zebedeo; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el cananeo, y Judas Iscariote, que fue el traidor.

A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: "No vayan a tierra de paganos, ni entren en ciudades de samaritanos. Vayan más bien en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos".

Reflexión
Generalmente se tiene la idea de que el Reino de los cielos es el cielo en sí mismo y que por lo tanto se vivirá sólo después de la muerte. La realidad es que el Reino de los cielos es el cielo vivido en la tierra; es vivir ya una realidad que llegará a la plenitud en la eternidad. Esta realidad se identifica sobre todo con un estado interior del hombre que lo lleva a experimentar continuamente la paz, la alegría y a superar cualquier clase de dificultad. Es la vida que el hombre experimenta por estar habitado del Espíritu Santo. Con esta condición interior el hombre es capaz de construir una sociedad diferente pues percibe a los demás como sus hermanos. Por ello san Pablo dice que el Reino de los cielos es: "justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo". Jesús les decía a sus discípulos que anunciaran que "el Reino estaba cerca". Pues ahora, después de la muerte y resurrección del Cristo y con el envío del Espíritu Santo, el Reino es una realidad para todos los bautizados.

Hagámonos conscientes de esta realidad y unámonos a los apóstoles para hacer del conocimiento de los demás que el Reino de los cielos puede ser ya una realidad para todos.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

viernes, 6 de julio de 2012

Primera Lectura (Lectio Divina)

Amós 8, 4-6. 9-12
Escuchen esto, los que buscan al pobre
sólo para arruinarlo
y andan diciendo:
"¿Cuándo pasará el descanso del primer día del mes
para vender nuestro trigo,
y el descanso del sábado
para reabrir nuestros graneros?"
Disminuyen las medidas,
aumentan los precios,
alteran las balanzas,
obligan a los pobres a venderse;
por un par de sandalias los compran
y hasta venden el salvado como trigo.
Pues bien, en aquel día, dice el Señor,
yo haré que se oscurezca el sol en pleno día
y, a plena luz, cubriré la tierra de tinieblas.
Convertiré en duelo las fiestas de ustedes
y en gemidos, sus canciones.
Haré que todos se vistan de sayal
y se rapen por completo la cabeza.
Ese día será como de luto por el hijo único
y su final será de llanto y amargura.
Días vendrán, dice el Señor,
en que les haré sentir hambre,
pero no hambre de pan ni sed de agua,
sino de oír la palabra del Señor.
Entonces andarán errantes
de norte a sur y de oriente a poniente
buscando la palabra del Señor,
pero no la encontrarán.

Reflexión
Con tremenda crudeza relata la realidad que experimentaba Israel antes del Exilio cuando sufrirá el castigo por todas estas vilezas que ha realizado. Se olvidó de dar culto a su Dios y cayó en lo que tantas veces nos advirtió Jesús que no cayéramos: en la idolatría del dinero, en lo que hoy llamamos consumismo. Jesús a sus contemporáneos les decía: “No pueden servir a Dios y al dinero”.
Es triste que hoy, a pesar de tener estas palabras que resuenan desde la Sagrada Escritura, existan las mismas vejaciones y que, como en antaño, los que sufran las consecuencias de esta avaricia, de este pecado social, sean las bolsas de los más pobres. Lo más grave es que nadie hace nada. Ahora todo lo vemos tan normal en medio de un mundo globalizado en donde “estorban” los pobres, en donde hay que matar a los niños cuando son indefensos (en el seno de sus madres) para así poder tener “más”.
Qué necios. ¿Nos vemos que todo esto nos hace cada vez más pobres? El profeta Amós predicó alrededor del año 750 a.C., esto mismo lo repitió Jesús hace 2000 años y tristemente, sigue siendo tan actual en nuestros días, que es necesario reaccionar y no dejarnos llevar por la globalización, el consumismo y sobre todo por la deshumanización.

Oratio
Despierta en mí, Señor, un verdadero sentido de justicia, especialmente cuando se trata de tener compasión por los que menos tienen. Dame la capacidad, por tu Espíritu Santo, de ser un instrumento que levante al caído y sostenga al de corazón quebrantado; pero sobre todo, ayúdame a darme cuenta también de mis pobrezas y enséñame cuántas de ellas provienen de cosas que hago injustamente.

Operatio
Hoy buscaré en mi entorno de trabajo o el lugar en donde me desempeño a una persona que en verdad tenga muchas necesidades y compartiré una buena parte del día con él.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro
Evangelio

Mateo 9, 9-13
En aquel tiempo, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a su mesa de recaudador de impuestos, y le dijo: "Sígueme". Él se levantó y lo siguió.
Después, cuando estaba a la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores se sentaron también a comer con Jesús y sus discípulos. Viendo esto, los fariseos preguntaron a los discípulos: "¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?" Jesús los oyó y les dijo: "No son los sanos los que necesitan de médico, sino los enfermos. Vayan, pues, y aprendan lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores".

Reflexión
Si el Evangelio no ha penetrado los medios más difíciles de nuestra sociedad, pudiera ser porque en muchos hermanos aún permanece la conciencia farisaica de no juntarse con los pecadores, con aquellos a los que, por sus múltiples pecados, no son dignos de Dios. Este pasaje, y en general todo el evangelio, nos muestra que precisamente éstos son el objeto de la evangelización. Ciertamente que no es fácil esta tarea, pues exige de parte del evangelizador una conciencia pura y una espiritualidad centrada en Dios, de tal manera que pueda ser luz en las tinieblas. De otra manera, las tinieblas pueden opacar, e incluso, apagar su luz.
Por otro lado, Jesús, nos invita a recibir con gran amor y misericordia a aquellos que, a pesar de sus limitaciones en la conversión, están buscando llevar una mejor relación con Dios. Recordemos que la conversión es un proceso y un camino; hay algunos hermanos que van más adelante y otros más atrás. Recuerda que si tú eres de los que van adelante, no eres mejor que el que va atrás, y que con la medida (misericordia) que midas, con esa misma serás medido.
Abre tu corazón a los pobres, a los pecadores, de la misma manera que a los que están buscando amar más a Dios, pero que se debaten aún en el pecado.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

jueves, 5 de julio de 2012

Primera Lectura (Lectio Divina)

Amos 7, 10-17
En aquel tiempo, Amasías, sacerdote de Betel, le envió este mensaje a Jeroboam, rey de Israel: "Amós está conspirando contra ti en Israel y el país ya no puede soportar sus palabras, pues anda diciendo que Jeroboam morirá a espada e Israel saldrá de su país al destierro".

Amasías le dijo a Amós: "Vete de aquí, visionario, y huye al país de Judá; gánate allá el pan, profetizando; pero no vuelvas a profetizar en Betel, porque es santuario del rey y templo del reino".

Respondió Amós: "Yo no soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos. El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: ‘Ve y profetiza a mi pueblo, Israel'. Y ahora escucha tú la palabra del Señor. Tú me dices: 'No profetices contra la casa de Israel. No vaticines contra la casa de Isaac'. Pues bien, esto dice el Señor: 'Tu mujer será deshonrada en plena calle; tus hijos e hijas morirán a espada; tu tierra se la repartirán los vencedores; tú mismo morirás en tierra pagana e Israel será desterrado lejos de su país'".

Reflexión
Es increíble la obececación que manifestamos frecuentemente con el Señor. Nos perdona, nos habla, nos invita, nos reprende y aun así, continuamos con nuestra actitud de rechazo a su palabra y a su amor. El rey Jeroboam, en lugar de buscar la conversión de su pueblo, y con ello la salvación de éste, prefiere oír las voces del mundo y rechazar al profeta de Dios.

Esta es muchas veces nuestra actitud. En lugar de cambiar nuestra vida, preferimos hacer a un lado al Dios que me estorba, que no me permite vivir la vida como yo la deseo, que frena y me echa en cara mis pecados con el fin de que me vuelva a él.

Preferimos escuchar las voces del mundo y no las del Evangelio, las voces que vienen desde los medios de comunicación, en lugar de aquellas que vienen de nuestros pastores. Aún en los anuncios proféticos realizados por visionarios, nos gusta quedarnos con el fenómeno (que siempre es atractivo), en lugar de convertirnos y volvernos a Dios.

Cambiemos nuestra actitud ante el Dios de la misericordia, ante el Dios del perdón; recordemos que su corazón está siempre abierto para los que se arrepienten y se vuelven a él.

Oratio
Señor Dios y Padre de bondad que perdonas siempre al hombre que se arrepiente de sus faltas y pecados, perdónanos a nosotros, tus hijos que, sabiendo de tu infinita bondad y compasión, hemos preferido alejarnos de ti, para hacer cuánto hemos querido, apartándonos de ti y de tu gracia; ayúdanos a ser dóciles a tu Espíritu para que seamos dignos de tu amor compasivo y obedientes en nuestro diario vivir.

Operatio
Dedicaré un minutos de mi tiempo antes de llevar a cabo mis acciones importantes, para descubrir si estoy siendo dócil a Dios y a su voluntad.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro
Evangelio

Mateo 9, 1-8
En aquel tiempo, Jesús subió de nuevo a la barca, pasó a la otra orilla del lago y llegó a Cafarnaúm, su ciudad.

En esto, trajeron a donde él estaba a un paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al paralítico: "Ten confianza, hijo. Se te perdonan tus pecados".

Al oír esto, algunos escribas pensaron: "Este hombre está blasfemando". Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: "¿Por qué piensan mal en sus corazones? ¿Qué es más fácil: decir 'Se te perdonan tus pecados', o decir 'Levántate y anda'? Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados, —le dijo entonces al paralítico—: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa".

Él se levantó y se fue a su casa. Al ver esto, la gente se llenó de temor y glorificó a Dios, que había dado tanto poder a los hombres.

Reflexión
En este pasaje Jesús nos hace ver la importancia de la comunidad en nuestra vida de conversión. Nos encontramos con un hombre que por sí solo no podía llegar hasta Jesús. Son sus amigos quienes han hecho posible que tuviera este encuentro. Cada uno de nosotros puede ser el instrumento para llevar a Jesús a aquellos que están impedidos para hacerlo. Y cuando me refiero a "impedidos", este impedimento no tendría que ser forzosamente físico.

Hoy nos encontramos con tantos hermanos que, debido a una falta de formación religiosa o a experiencias negativas en su vida de fe, se encuentran "inválidos", de manera que no pueden caminar hacia una conversión profunda. Invitarlos con frecuencia a nuestras reuniones de oración, a nuestras asambleas, a un retiro, a una plática religiosa, a ir a misa con nosotros; en una palabra, a facilitarles el camino hacia Jesús, es mostrarnos verdaderamente como amigos, como hermanos, como apóstoles en el sentido auténtico de la palabra.

Creo que no hay una experiencia más gratificante que el llevar a una persona al encuentro de Jesús, de manera particular al sacramento de la confesión, en donde él escuchará, como este paralítico: "Ten confianza hijo, tus pecados te son perdonados", lo que le permitirá levantarse y caminar hacia la Luz.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro